Recuerdan cómo es la reacción de un niño cuando toma en sus manos algún juguete nuevo o llega por primera vez a un lugar que no conoce? El niño tiene una cualidad innata de admiración por las cosas más simples de la vida. El pregunta a sí mismo o a la persona más próxima el porqué de las cosas. El niño es el ejemplo de un buen filósofo al detenerse dentro del torbellino de actividades que realiza lúdicamente para pensar y obtener respuestas que van llenando su espíritu de contenidos y experiencias que le permiten solucionar sus pequeños problemas con alegría y felicidad.
Cuando avanzamos en nuestro caminar por la vida, desde adolecentes comenzamos a perder esa cualidad de admiración y atención por las cosas simples de la vida. Comenzamos a alejarnos o desligarnos de nuestra propia naturaleza, del mundo sin formas, de aquella Energía Superior. En el tipo de vida que actualmente llevamos, donde el mundo de las formas utiliza diversos instrumentos de propaganda para consumir moda, tecnologías de punta, y una cantidad fabulosa de información digital de todo calibre flotando en el ciberespacio, nos está dejando sin espacio para lo más importante de la vida, el cuidado de sí mismo. Estamos alienados, totalmente confundidos y ansiosos, cerrando las puertas para un encuentro con nuestro propio Yo Interior, con el sentido real de la Vida.
Recuerden que el hombre está compuesto por cuatro aspectos inter ligados, el físico, mental, emocional y espiritual cuyo desarrollo y crecimiento debe ser armónico y perfectamente equilibrados para alcanzar la plenitud en la vida. Muchas personas no consiguen detenerse un instante para contemplar el vuelo de una gaviota en la playa, el cambio de coloración de las hojas de un árbol etc. La observación y contemplación de esas cosas simples de la vida y de la naturaleza, son fuente de una inmensa cantidad de enseñanzas espirituales, en donde podemos encontrar aquella paz y calma que nos llena de energía sublime, muy importante y necesaria para una vida auténtica y con sentido. Permítanse esos espacios de tiempo y dedicación para sus reencuentros con la sabiduría del Universo, manifiesta en esas pequeñas cosas de la vida. Viva con atención y curiosidad cada instante de su vida, Aquí y Ahora.
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