Todas las cosas, eventos y
fenómenos en el mundo están interconectados. En la Cultura Andina, nuestros
ancestrales siempre supieron lo que los científicos hoy nos confirman. Nada de lo
que sucede en la tierra es aislado del resto de cosas, apenas parece ser.
Cuando más las juzgamos y rotulamos, más aislamos las cosas. Nuestro
pensamiento es el que fragmenta el Todo
de la vida. La experiencia de vida deja constancia de ese hecho. La vida
está constituida por una red de conexiones que es el cosmos.
En la mayoría de los casos,
no conseguimos entender como un hecho aparentemente insignificante puede ejercer
alguna influencia en la totalidad del cosmos. Bueno es reconocer que cualquier
hecho por más irrelevante que pueda parecer, desempeña un papel dentro de la
inmensidad del Todo y debemos comenzar a aceptar las cosas tal como son, o como
se nos presentan.
Ud. alcanza la verdadera
libertad y el fin del sufrimiento cuando vive como si lo que siente o
experimenta en este momento fuese una
elección completamente suya.
Esa armonización interna con
el PRESENTE o el AHORA es el Fin del Sufrimiento.
¿El sufrimiento realmente
es necesario? Si y No.
Si Ud. no hubiera sufrido
lo que sufrió, no tendría profundidad como Ser Humano, no tendría humildad ni
compasión. No estaría interesado en leer este artículo ahora. El sufrimiento
rompe la cáscara del ego -- del “yo auto
centrado” -- y promueve una abertura
hasta atingir un punto en que cumplió su
función.
El sufrimiento es necesario
hasta que Ud. se da cuenta de que el mismo es innecesario.
La infelicidad necesita de
un “yo” construido por la mente, un “yo” con una historia y una identidad,
necesita del tiempo -- pasado y futuro--.
Cuando Ud. elimina el tiempo de su infelicidad, qué es lo que sobra? Sólo la situación de ese momento.
Puede ser una sensación de
peso, agitación, aprieto en el pecho, rabia, o hasta una sensación de vómito. Eso
no es infelicidad ni un problema personal. No hay nada personal en el
sufrimiento humano. Se trata solo de una fuerte presión o una gran energía que
Ud. siente en una parte del cuerpo. Si Ud. concentra su atención en esa
energía, la sensación no se transforma en pensamiento y de esa forma no
reactiva al “yo” infeliz.
Vea y sienta lo que sucede
cuando Ud. simplemente permite que un sentimiento exista sin hacer un drama del
mismo, sin fabricar pensamientos a ese respecto. Hay mucho sentimiento y
tristeza cuando Ud. cree que cada pensamiento que pasa por su cabeza es
verdadero. No son las situaciones que
causan infelicidad. Son los
pensamientos al respecto de las situaciones que lo dejan a Ud. infeliz. Las
interpretaciones que Ud. hace, las historias que cuenta para si mismo, es lo
que lo deja infeliz. ”Las cosas en las que estoy pensando ahora me dejan
infeliz”. Si Ud. consigue constatar esto, Ud. no se identifica con esos pensamientos.
“Que día horrible!!”, “El
no tuvo la gentileza de devolver mi
llamada”, “Ella me rechazó”.
Contamos historias para
nosotros mismos y para otros, generalmente en tono de reclamos. Inconscientemente, las historias sirven para reforzar la
noción de que nosotros tenemos “la razón” y alguien ó alguna cosa esta
“errada”. Creer que estamos “correctos” y otros “errados” nos coloca en una
posición ilusoria de superioridad, y con eso fortalecemos nuestra falsa noción
de “yo”. Creamos así una especie de enemigo, porque el “yo” necesita de
enemigos para definir sus límites y su identidad.
Juzgar a alguien o algún hecho es
crear sufrimiento para si mismo. Somos capaces de crear todos los tipos de
sufrimientos para nosotros mismos, pero no percibimos eso porque de alguna
forma esos sufrimientos satisfacen al ego. El “yo” auto centrado se siente más
confortable en el conflicto.
¿Cómo sería la vida tan
simple y placentera sin esas historias que el pensamiento crea?
“No fui bien
recibido”, “Ella no me telefoneó
hoy”, “Yo fui a su encuentro, ella no”.
Somos experts em criar histórias fantasiosas a respeito dos acontecimentos de nossa vida, gerando dor e sofrimento. O "ego" é como um bicho de sete cabeças, um verdadeiro demônio que cria essas histórias através do pensamento compulsivo. A única maneira que temos de evitar tanta dor é ACEITANDO os acontecimentos sem julgamento e sem culpas centrando-nos em nosso "Eu Superior" pois Ele não é atingido por nada, nem pela própria morte.
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