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jueves, 7 de agosto de 2014

Semillas de Muérdago No 54: EL FIN DEL SUFRIMIENTO I




      Todas las cosas, eventos y fenómenos en el mundo están interconectados. En la Cultura Andina, nuestros ancestrales siempre supieron lo que los científicos hoy nos confirman. Nada de lo que sucede en la tierra es aislado del resto de cosas, apenas parece ser. Cuando más las juzgamos y rotulamos, más aislamos las cosas. Nuestro pensamiento es el que  fragmenta el Todo de la vida.  La experiencia de  vida deja constancia de ese hecho. La vida está constituida por una red de conexiones que es el cosmos. 

      En la mayoría de los casos, no conseguimos entender como un hecho aparentemente insignificante puede ejercer alguna influencia en la totalidad del cosmos. Bueno es reconocer que cualquier hecho por más irrelevante que pueda parecer, desempeña un papel dentro de la inmensidad del Todo y debemos comenzar a aceptar las cosas tal como son, o como se nos presentan.

      Ud. alcanza la verdadera libertad y el fin del sufrimiento cuando vive como si lo que siente o experimenta en este momento fuese una elección completamente suya.
Esa armonización interna con el PRESENTE o el AHORA es el Fin del Sufrimiento.
¿El sufrimiento realmente es necesario? Si y No.
Si Ud. no hubiera sufrido lo que sufrió, no tendría profundidad como Ser Humano, no tendría humildad ni compasión. No estaría interesado en leer este artículo ahora. El sufrimiento rompe la cáscara del ego  -- del “yo auto centrado” --  y promueve una abertura hasta atingir un punto en que cumplió  su función.

      El sufrimiento es necesario hasta que Ud. se da cuenta de que el mismo es innecesario.
La infelicidad necesita de un “yo” construido por la mente, un “yo” con una historia y una identidad, necesita del tiempo  -- pasado y futuro--. Cuando Ud. elimina el tiempo de su infelicidad, qué es lo que sobra?  Sólo la situación de ese momento.

     Puede ser una sensación de peso, agitación, aprieto en el pecho, rabia, o hasta una sensación de vómito. Eso no es infelicidad ni un problema personal. No hay nada personal en el sufrimiento humano. Se trata solo de una fuerte presión o una gran energía que Ud. siente en una parte del cuerpo. Si Ud. concentra su atención en esa energía, la sensación no se transforma en pensamiento y de esa forma no reactiva al “yo” infeliz.

      Vea y sienta lo que sucede cuando Ud. simplemente permite que un sentimiento exista sin hacer un drama del mismo, sin fabricar pensamientos a ese respecto. Hay mucho sentimiento y tristeza cuando Ud. cree que cada pensamiento que pasa por su cabeza es verdadero. No son las situaciones que causan  infelicidad. Son los pensamientos al respecto de las situaciones que lo dejan a Ud. infeliz. Las interpretaciones que Ud. hace, las historias que cuenta para si mismo, es lo que lo deja infeliz. ”Las cosas en las que estoy pensando ahora me dejan infeliz”. Si Ud. consigue constatar esto, Ud. no se identifica con esos pensamientos.

      “Que día horrible!!”, “El no tuvo la gentileza de devolver  mi llamada”, “Ella me rechazó”.
Contamos historias para nosotros mismos y para otros, generalmente en tono de reclamos. Inconscientemente, las historias sirven para reforzar la noción de que nosotros tenemos “la razón” y alguien ó alguna cosa esta “errada”. Creer que estamos “correctos” y otros “errados” nos coloca en una posición ilusoria de superioridad, y con eso fortalecemos nuestra falsa noción de “yo”. Creamos así una especie de enemigo, porque el “yo” necesita de enemigos para definir sus límites y su identidad.

      Juzgar a alguien o algún hecho es crear sufrimiento para si mismo. Somos capaces de crear todos los tipos de sufrimientos para nosotros mismos, pero no percibimos eso porque de alguna forma esos sufrimientos satisfacen al ego. El “yo” auto centrado se siente más confortable en el conflicto.
¿Cómo sería  la vida tan simple y placentera sin esas historias que el pensamiento crea?
“No fui bien recibido”,  “Ella no me telefoneó hoy”,  “Yo fui a su encuentro, ella no”.

1 comentario:

  1. Somos experts em criar histórias fantasiosas a respeito dos acontecimentos de nossa vida, gerando dor e sofrimento. O "ego" é como um bicho de sete cabeças, um verdadeiro demônio que cria essas histórias através do pensamento compulsivo. A única maneira que temos de evitar tanta dor é ACEITANDO os acontecimentos sem julgamento e sem culpas centrando-nos em nosso "Eu Superior" pois Ele não é atingido por nada, nem pela própria morte.

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