Translate

martes, 5 de febrero de 2013

Semillas de Muérdago No 35: YO DECIDO SER FELIZ


          Somos testigos que a diario aparecen personas en nuestro entorno, sean amigos, familiares, conocidos o gente muy famosa que a pesar de tener una carrera, empleo, profesión exitosa, con una posición económica excelente, buena salud etc. etc. …….¿pero?…..siempre hay un pero, en el fondo de sus corazones existe un vacío, una insatisfacción profunda en sus vidas. Siempre están queriendo ser alguna cosa más  o sentirse felices y lo mas triste de todo es que no saben lo que quieren; entonces ellos llegan a  “contaminar” el ambiente en el que viven, envolviendo a las personas más próximas, su familia en especial y amigos más próximos, en una suerte de pesimismo y bajo astral, pudiendo llevarlos a una depresión contagiosa a ese grupo.

          Esta situación se debe esencialmente a que la felicidad tan buscada y “esperada” la dejamos por cuenta de acontecimientos o signos materiales externos, futuros y efímeros, ajenos a nuestro Yo Superior,  y no llegamos a entender  lo que en realidad es la felicidad. Actualmente  muchas personas no quieren saber nada de nada ni de nadie, la interacción personal pasó a un segundo plano, ahora nos relacionamos más con los juegos electrónicos, a través de la internet. Creemos que todo lo sabemos y podemos, nos sentimos autosuficientes y poco humildes. Un consejo o sugerencia de un padre, madre, amigo o Coach no interesa más. No podemos disminuir el ritmo de vida globalizado en el que estamos inmersos, muchas veces no dedicamos un tiempo para  una buena lectura, para  dar un paseo a solas en silencio y en medio de la naturaleza,  para encontrarse a sí mismo.

          La felicidad es un estado de ánimo positivo, una sensación agradable que nos impulsa a seguir viviendo con alegría a cada instante, luego de definir y conocer bien nuestra misión en la tierra, más allá del fugaz mundo material y consumista. La felicidad al final de todo depende de  una decisión valerosa de nuestro Yo Superior, sin considerar las argucias que nuestro ego articula a todo momento para tomar control de nuestro Ser y empujarnos a la desdicha y eterna melancolía.

          Encontrarse a sí mismo, redescubrir la naturaleza espiritual de nuestro propio Ser, no es un asunto  fácil, es una tarea ardua de  toda una vida. Asumir el control de nuestros pensamientos, palabras y actos tampoco es fácil. Es allí a donde deben dirigirse nuestras mejores energías. Para realmente redescubrir el real sentido y felicidad en la vida. Aprender a someter al ego bajo el comando de nuestro SER, es una batalla individual e interna que tenemos que ganarla, para que aparezca definitivamente la luz de la felicidad,  paz, calma y júbilo eternos.

          Lo más importante en todo este asunto es saber tomar la decisión oportunamente para librarse de aquél pesimismo, inconformismo y apatía por la vida, que muchas veces lleva hasta el suicidio en sus formas más extremas de profunda depresión. Trabajar para ser feliz es única y exclusivamente nuestra propia  responsabilidad. No podemos pedir ni culpar  a la pareja, al papá, mamá,  hijos, amigos por nuestra felicidad. Ella depende en parte de la decisión interna de aceptar,  tolerar, ser calmos y amorosos con  las dificultades que se presentan en la vida de todo ser humano.

          Muchos de los acontecimientos o sucesos externos simplemente aparecen y no  pueden ser controlados por nosotros, lo único que podemos controlar es nuestro ego y saber decidir que hacer con los “obstáculos”. Ante una afrenta de alguien en la calle u oficina, YO decido que hago con ella, que tipo de reacción adopto para sentirme bien conforme a los valores de la sociedad en que vivimos. Entiendo bien que el tema de la felicidad es muy complejo, pero tenemos que disfrutar y trabajar en su búsqueda, no existe otro camino. Cada uno tiene que encontrar su propia felicidad a su medida sin perjudicar la paz y felicidad  de los demás.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario