Como pudimos constatar en el
artículo anterior, la eficacia de nuestras expresiones y forma de tratar a
nuestros semejantes es muy importante para obtener el éxito en nuestras relaciones interpersonales, que al fin
y al cabo representan gran parte del grado de satisfacción y felicidad que
deseamos tener en nuestras vidas. La clave para obtener una conducta eficaz se
refiere a que nuestras expresiones sean claras
y directas, sin llegar a herir a las personas o caer en provocaciones de
cualquier índole.
Caer en respuestas
provocativas es un retroceso común en la eficacia de nuestra conducta. Las
provocaciones toman una de las tres formas siguientes:
- Provocación argumentativa
- Provocación manipulativa
- Provocación lógica e irrelevante
La provocación
argumentativa incluye expresiones como: “Si a Ud. no le gusta la forma como lo
estoy haciendo, hágalo Ud. mismo”
La provocación manipulativa
incluye expresiones como: “Ud. sabe cuanto odio hacer eso, es tan molesto…”
La provocación lógica e irrelevante
incluye expresiones como: “Si Ud. mismo lo hiciera, conseguiría exactamente lo
que Ud. desea ” La gran dificultad en
este asunto comienza tan pronto como la provocación sea respondida. El
comentario provocativo es la carnada y fácilmente puede Ud. ser atrapado.
¿Recuerdan el ejemplo de:
“Mozo, hay una mosca en mi sopa” en el artículo anterior?, el mozo puede
provocar con esta respuesta: “Estoy muy ocupado”, o “Estamos con poco personal
en este momento, tendrá que esperar”. La solución es dar una respuesta eficaz y
directa como: “comprendo que Ud. está ocupado, bajo presión y con poco
personal, sin embargo; aún así necesito reemplazar mi sopa….”. El mozo,
eventualmente comprenderá el mensaje y así sea una persona de buena índole o amargada, el cliente obtendrá lo que desea
(su nuevo plato de sopa).
Es también muy importante
comprender de quien es el problema o donde esta. El problema de la mosca en la
sopa, inicialmente es del cliente. El
cliente deja establecido su derecho a obtener un nuevo plato sin moscas gratis. Al
exponer claramente al mozo sus necesidades y manteniendo su posición, el
cliente ha transferido el problema al mozo, a quien realmente pertenece.
Este es el momento, en que
el mozo puede manejar el problema efectivamente y con eficacia, recordar que
agresión significa nunca aceptar el problema y ser pasivo significa ganarse
problemas adicionales.
Recordemos que los derechos
humanos fundamentales son para los hombres, mujeres y niños. Todos tenemos los
siguientes derechos:
- Establecer nuestras necesidades.
- Establecer prioridades basadas en
nuestras necesidades.
- A ser tratados con respeto.
- Ser respetado como un ser humano con
igualdad de derechos.
- A expresar nuestros sentimientos.
- A expresar nuestros valores y opiniones.
- A decir “SI” o “NO” por nosotros mismos,
sin interferencia de otros.
- A cometer errores.
- A cambiar nuestra opinión.
- A decir: “No entiendo ….”
- A preguntar por lo que deseamos.
- A declinar responsabilidad por el
problema de otros.
- A interactuar con otras personas sin necesidad de su aprobación.
El último derecho de la
lista es el que puede darnos más dificultades. Instintiva y frecuentemente,
somos nosotros los que buscamos la aprobación y simpatía de otras personas.
Esto es propio de la naturaleza humana. De hecho, cuanto más estamos
preocupados por la opinión de otros, menos nos valorizamos. Tratando de ser
eficaces, tendremos menos necesidad de ser aceptados por los otros y sentirnos
más confortables aceptándonos a nosotros mismos, tal como somos seguros de lo
que decimos y hacemos.
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