Como pudimos apreciar en el anterior artículo de Semillas de Muérdago, el Coaching está siendo adoptado por los líderes de grandes organizaciones comerciales del mundo entero como un estilo de liderazgo muy ventajoso, el mismo que les permite cumplir con mayor eficacia sus objetivos financieros y de servicio a la comunidad de consumo, creando un ambiente de trabajo agradable y más humanizado para sus trabajadores.
La pregunta es: ¿cuáles son las peculiaridades de esta nueva onda del coaching, que permite tales resultados? El coaching es simplemente consecuencia de una serie de observaciones y constataciones sobre como FUNCIONA mejor el ser humano y su mente, siendo este el local central donde se “procesan” las informaciones que recibimos y las respuestas y acciones que generamos, es decir nuestra relación del mundo interno de cada persona con el mundo externo donde acontecen los hechos de la vida real y objetiva que construimos.
Esas observaciones dirigidas hacia nuestro ser interno, en las enmarañadas redes neuronales del cerebro humano, ha permitido a los inventores del coaching establecer una serie de principios que colocan a nuestro alcance el poder natural que tenemos todos los seres humanos, de ser los únicos dueños, responsables, y arquitectos de una vida saludable, digna y placentera.
Actualmente esta probado y comprobado que el coaching funciona de maravilla a nivel personal, grupal y empresarial; cada vez, más organizaciones están adoptando este recurso para mejorar sus resultados. La propuesta desafiante es: ¿Porqué no aprovechar esta herramienta de crecimiento y desarrollo humano en los demás campos de su actividad?
Comprobamos con mucha resignación y pesar que, a cada día nuestros líderes políticos y de la administración pública se envuelven en esquemas de corrupción deshonrosos que colindan con la delincuencia de cuello blanco, anteponiendo sus intereses mezquinos a los del Bien Común. Estos hechos ocupan gran parte de nuestras charlas diarias, nos desgastamos en un sin fin de análisis, quejas y críticas. Muchas veces encontramos “soluciones” muy interesantes e inteligentes en rueda de amigos, pero que llevarían un largo camino burocrático para ser colocados en práctica, sin resultados tangibles. Gran parte de la población sabe o intuye los problemas existentes en el mundo físico, y no percibe que los grandes problemas de la sociedad están en el interior de cada uno de los ciudadanos que conformamos la sociedad.
Muchos de nuestros líderes políticos ocupan cargos muy importantes de gran trascendencia, que al momento de ser elegidos ó designados muestran el lado bueno de su ser, creando ilusiones de un mundo mejor para los pobres. Y que durante el ejercicio de sus funciones terminan mostrando la cara fea de la medalla, ¿Porqué sucede eso?, ¿Porqué ese desencanto? El Coaching reconoce que ninguna persona se compromete a hacer grandes cambios en su vida personal, si ella en verdad no lo desea, es decir no tiene la Intención de hacerlo. Para cambiar el mundo externo, primero tenemos que cambiar nuestro mundo interno.
El asunto es que el funcionamiento de nuestra sociedad está basado en paradigmas, valores, hábitos y creencias que priorizan el éxito individual egoísta, económico y material a cualquier precio, dejando de lado la solidaridad, el respeto y el bien común de la sociedad.
Los Coaches también estamos y somos parte de esta sociedad, y créanme que sí, nos interesamos muchísimo con el destino de ella; por lo que me permito afirmar con mucha convicción que, con la ayuda del Coaching es posible FORMAR grandes líderes desde la escuela, el colegio, la universidad, apoyados en paradigmas, valores, hábitos y creencias que respeten prioritariamente el SAGRADO compromiso con el Bien Común de la comunidad, sea cual sea la actividad pública en que actúan.
Esta situación permite visualizar que de aquí a poco nuestros líderes actuales van a requerir del auxilio del coaching para realizar los cambios necesarios en su comportamiento y compromiso con sus electores, si es que así ellos realmente lo desean, de tal forma de mantener vigente el sistema democrático que garantiza la participación del ciudadano al momento de escoger el tipo de vida al que aspira. O en todo caso, el coaching llegará a ser una herramienta seria e importante para la educación de nuestros hijos por las características holísticas de su práctica y principios.
Trate Ud. de reflexionar en algunos de estos principios para ver la profundidad de la propuesta, que argumentan la validez de la misma: El ser humano actúa de acuerdo a lo mejor que aprendió a hacer en la vida desde muy pequeños, por lo tanto es posible re-aprender nuevas formas de actuar sin tener que ser juzgado como malo; Ninguna acción es cierta o errada, los resultados son únicamente materia de aprendizaje constante para nuevas tentativas; Hacer alguna cosa o tomar una decisión frente a una insatisfacción es mejor que no hacer nada; Si una decisión o acción no funciona, adopte otra en el acto; El poder natural de cambio sobre nuestras vidas está dentro de nosotros mismos, en nuestra Intención (deseo) y Determinación (acción perseverante); El “mapa” que cada uno construye no es el “territorio” de la realidad, es solo una aproximación mas de la misma; Nuestros paradigmas, valores, creencias y hábitos explican los motivos por los que actuamos de una u otra manera, pero lo más interesante es que si estas son limitantes de nuestro desarrollo y crecimiento personal, ellas pueden ser borradas de nuestra mente y reemplazadas por otras más adecuadas.
Estas constataciones desapasionadas y prácticas del Coaching, con todo el movimiento mundial que esta generándose en esa dirección, nos permite vislumbrar que un gran cambio en el mundo está próximo, razón por la cual es aconsejable subirse al carro del aprendizaje y práctica del coaching, tratando de convertirnos en Coaches de nosotros mismos y de las personas próximas que nos rodean. Este es un desafío real y oportuno en nuestras vidas, ¿Estamos en condiciones de enfrentarlo?
Una sociedad solidaria más justa y equitativa, con igualdad de oportunidades para las grandes mayorías, con una calidad de vida digna del ser humano, es el sueño que desvela mis noches, en el profundo y sagrado silencio que está latente dentro de mi mismo.