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miércoles, 12 de noviembre de 2014

Semillas de Muérdago No. 57: ¿CÚAL ES NUESTRO PRINCIPAL PROPÓSITO EN LA VIDA?




       Esta es una pregunta que generalmente se permiten hacerla algunas personas que han conseguido vencer  las dificultades cotidianas del mundo externo y alcanzado un éxito relativo,  en las metas  y objetivos de orden material que buscamos arduamente a cualquier precio durante nuestras vidas. Cosas como: un buen empleo, ganar mucho dinero, tener un hogar bien establecido, una casa muy confortable, conocer el mundo entero y muchos otras facilidades y placeres que el mundo consumista nos ofrece. Todas ellas siempre son plausibles de realización en un futuro lejano y que de ser alcanzados algún día… , poco tiempo después…. quisiéramos abrazar nuevos “propósitos secundarios”, confundidos y extenuados en medio del desespero y agitación, lejos de alcanzar la plena felicidad. Las personas que aún están luchando por el pan de cada día tienen menos oportunidades de permitirse este tipo de cuestionamientos.

      El propósito real de nuestras vidas está mucho más cerca de lo que imaginamos, es más simple y sencillo que saborear un helado de lúcuma. Pero es difícil de entenderlo, aceptarlo y practicarlo. El propósito principal de nuestras vidas está dentro de nosotros mismos, dentro de nuestro propio “templo sagrado”, nuestro Ser Interior. Se trata de permitir abrir un espacio para que aflore nuestra propia Consciencia, es decir debemos despertar del sueño prolongado en que nos mantiene la mente y donde nuestra consciencia tome el comando de nuestras acciones y no interfieran los pensamientos compulsivos. Despertar a la consciencia es permitir un espacio para que el poder de la inteligencia universal se manifieste y guie nuestras acciones.

      El despertar a la consciencia es nuestro principal objetivo primario en la vida, esto nos asegura que el ego, la mente y sus pensamientos  no estarán al comando de nuestro Ser y no causarán mayor sufrimiento en nosotros y en las personas con quienes convivimos y nos relacionamos. Estar consciente significa que nuestro SER esta PRESENTE y ALERTA aquí y ahora en todas las actividades que hagamos, es la única forma de garantizar la calidad de nuestras intenciones y acciones. Cuando actuamos despiertos, conscientes y damos toda nuestra ATENCIÖN y cariño a lo que estamos haciendo en este preciso momento, por mas insignificante que parezca (ejemplo: lavar un plato, subir una escalera o leer este artículo), de ellas van a emanar un sentido sagrado de paz, y amor sublimes y serán a su vez guiadas por la sabiduría universal, lo que garantizará la consecución  natural  y tranquila de cualquier otro propósito secundario o externo del mundo práctico.

      En apariencia este juego de la felicidad es muy fácil de entender y practicarlo, pero es nuestro ego que juega en el equipo contrario y siempre estará tratando de engañarnos y tomar control de nuestras acciones, metiéndonos miedo (dudas) en todos nuestros proyectos, creando pensamientos orientados al futuro, a grandezas materiales y a todos los deseos de placer efímeros. Cuando pensamos en el futuro dejamos de vivir ESTE MOMENTO con amor, entrega y aceptación a las circunstancias que se presentan, sea del tipo que fueran, “buenas o malas”. En cualquier hecho, cosa o circunstancia siempre esta presente la dualidad de las cosas, es decir un hecho aparentemente bueno, también trae inmerso su carga negativa. Los hechos aparentemente adversos deben aceptarse como se presentan con humildad y resignación, luego después de la primera impresión y dando espacio al despertar de nuestra consciencia es que tomaremos alguna actitud a ese respecto y verán que las cosas van a cambiar para mejor y saldremos victoriosos y aliviados.

     Con toda esta explicación de nuestro principal propósito interior que es lo más importante, no estoy queriendo decir que los objetivos secundarios del mundo externo y manifiesto (como alcanzar una buena carrera profesional y lucrativa, cimentar una familia ejemplar y tener una buena red de amigos etc.) no sean también necesarios y de importancia; Ellas serán la manifestación del Poder del Universo cuando están alineadas con lo que ES. Estar alineado con lo que ES, no significa que la persona no va a iniciar cambios o mejoras en su vida material ni que se torne incapaz de actuar. La motivación para tomar actitudes y decisiones en la vida vendrá de un nivel más profundo, y no del deseo y el miedo propios del ego. La sincronización interior con el momento presente abre la consciencia y la coloca en sintonía con el TODO, del cual  el Ahora es parte integrante. El Todo, la totalidad de la vida, el Universo entra en acción por intermedio del individuo.

      En consecuencia, la cosa más importante a entender es: nuestra vida tiene un propósito interior y un propósito exterior, el primero se refiere al Ser y es el principal, el segundo se refiere al hacer y es el propósito secundario. Encontrar el propósito interior y vivir alineado con él, es la catapulta para  alcanzar del propósito exterior. Es la base para el verdadero éxito. Sin ese alineamiento hasta conseguimos alcanzar algunas metas con esfuerzo, mucho trabajo, lucha, determinación, viveza y habilidad. Pero no existe paz, amor y alegría en esos emprendimientos, y ellos normalmente acostumbran terminar en alguna forma de sufrimiento.

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