En los artículos anteriores
de este ciclo de crecimiento espiritual, vimos que a nuestra mente normalmente
le gusta “volar” en el pasado o en
el futuro (denominados como tiempo sicológico), que no nos permite centrar
nuestra atención a lo que estamos haciendo exactamente en este momento, “Aquí y Ahora”, creando por lo tanto una
bola de nieve de pensamientos continuos, involuntarios y compulsivos, que van a
provocar ansiedad y muchas veces
sufrimiento en la persona que no consigue librarse de ese esquema del tiempo
psicológico.
Veamos por tanto; ¿Cómo se
produce esa enfermedad y sufrimiento? El hecho de siempre estar pensando en el
futuro, en los problemas que todavía no llegaron, crea sufrimiento y agonía. Al
estar continuamente recordando hechos del pasado sean estos buenos recuerdos y
peor todavía si son ingratos, eso niega
el momento presente, único momento donde podemos aplicar todo nuestro poder y
energía para sentir el placer de la vida, la felicidad. Así, podemos observar
que el proceso de pensamiento involuntario y compulsivo, esconde la verdadera naturaleza y esencia de nuestro SER
interior (que es atemporal y eterno). Ese tipo de pensamiento nos quita “tiempo” importantísimo para dar atención a lo que estamos haciendo en
este exacto momento.
Entiendo que el tiempo es
importante en la vida cotidiana, del mundo físico en que vivimos, por lo tanto;
debemos aprender a usar ese “tiempo del reloj” para los fines prácticos de la
vida, para cumplir una cita con el dentista, para recordar el cumpleaños de una
persona querida, para cumplir con el pago de una deuda, etc. Pero debemos
también aprender a regresar inmediatamente a percibir el momento presente y
actual, tan luego que los asuntos prácticos hayan sido resueltos. Así no habrá
acumulación de “tiempo psicológico”, que es la identificación con el pasado y
una proyección compulsiva hacia el futuro.
Tal vez sea difícil
reconocer que el tiempo es la causa de nuestro sufrimiento y problemas. Creemos
que ellos son causados por situaciones
específicas que suceden en nuestras vidas, efectivamente eso es verdad
desde un punto de vista convencional. Pero si
no nos enfrentamos con la disfunción básica de la mente (el apego al
pasado y al futuro y la negación del momento presente), los problemas solo
mudarán de figura.
Si todos nuestros problemas
o causas identificadas de sufrimiento e infelicidad, fueran “milagrosamente”
solucionadas el día de hoy, sin aprender a ser más presentes y conscientes;
luego nos veríamos envueltos en otra serie de problemas y causas de sufrimiento
muy semejantes a las anteriores, como una sombra que nos sigue a donde quiera
que vayamos. En último análisis, el único problema es la propia mente, limitada
por el tiempo sicológico, que niega el momento presente. No hay salvación
dentro del tiempo, Ud. no puede liberarse en el futuro.
La presencia es la clave para la libertad, por lo tanto Ud. solo puede ser libre AHORA, en este momento;
porque permite que nuestra vida sea una aventura, con capacidad de sorprenderse
de las cosas más simples, de admirar las flores en el camino, de percibir la
alegría, belleza y el milagro de la vida a cada instante en que vivimos y que
se revela en todo lo que tenemos a nuestro alrededor. Por lo tanto el único lugar donde puede
ocurrir un cambio verdadero para tener una vida sin sufrimiento e infelicidad,
esta donde el pasado puede disolverse, es decir en el Ahora.
Aprendamos a vivir, sentir y aceptar con alegría el momento presente, sea cual
sea su naturaleza.
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