Desde que el hombre
apareció en la tierra, siempre mostró especial curiosidad por explicarse sobre
el origen del mundo y los fenómenos naturales que observa. Hasta ahora se pregunta: ¿De dónde viene?,
¿Qué hace aquí y hacia donde se dirige?,
¿Para qué esta en este planeta? Al cuestionarse sobre estos aspectos vitales de
su existencia, el hombre fue creando y ejercitando diferentes posiciones
filosóficas y religiosas que han marcado su historia y su forma de vivir en
relación al universo. En ese afán ha creado paradigmas, leyendas, creencias,
mitos, historias y literatura de toda índole, que de alguna forma llenan el
vacío que origina observar la majestuosidad del universo.
En la actualidad los
astrónomos sugieren que el universo comenzó a existir hace 15 billones de años,
después de una gran explosión que viene expandiéndose y aumentando su
complejidad. Actualmente ya se habla de que existirían universos paralelos, que
son motivo de continuas investigaciones. Algunos científicos postulan que el movimiento
de la unidad para la multiplicación de las formas se irá a revertir en algún
momento. Es decir el universo va a parar de expandirse para luego contraerse
hasta que vuelva a su estado original (no manifestado), a la condición de nada,
de donde apareció. Y tal vez repita los ciclos de nacimiento, expansión,
contracción y muerte por varias veces seguidas.
La gran pregunta es ¿Porqué
el universo se daría todo ese trabajo de existir? En principio no hay ningún
modelo matemático que pueda responder a esta cuestión. Pero, si miramos para
adentro de nosotros y no solo para afuera, nos daremos cuenta que tenemos un
propósito interior y otro exterior (ver el artículo anterior “¿Cuál es
nuestro principal propósito en la vida?”). Y como somos un reflejo micro cósmico
del macrocosmos, podemos admitir que el universo también tiene un propósito
interior y otro exterior inseparables de los nuestros. Su propósito exterior es
crear formas y vivificar su interacción. Su propósito interior es despertar para su propia esencia sin forma. Y
luego debe darse la reconciliación de ambos propósitos que es llevar esa
esencia – consciencia – para el universo de las formas y de este modo transformar
el mundo.
Esta realidad muy compleja
del TODO, en sus aspectos manifiesto y no manifiesto es difícil de ser
imaginada y comprendida por la mente humana, solo es posible sentirla a través
de la cristalización y armonización de ambos propósitos, exterior e interior –
del mundo con Dios--.
Si conseguimos ver o sentir
en nuestro interior estas realidades complejas del ser y el universo, tendremos
el sustento espiritual para edificar nuestra vida, haciendo los cambios que
sean necesarios para alcanzar nuestro supremo propósito en la tierra. Es aquí
donde aparece el Coaching como una moderna herramienta eficaz que nos va a
ayudar a explorar, planear y ejecutar todas las acciones prácticas que sean
necesarias para alcanzar nuestros propósitos y objetivos esenciales internos y externos.
Para poder entender el
proceso holístico del Coaching en su difícil labor de facilitar y orientar los
cambios necesarios en las personas, es
importante analizar algunos principios
en los que se basa: El ser humano actúa
de acuerdo a lo mejor que aprendió en la
vida, por lo tanto es posible re-aprender nuevas formas de actuar sin tener que
ser juzgado como malo; Ninguna acción es
correcta o errada, los resultados son únicamente materia de aprendizaje constante para nuevas tentativas;
Hacer alguna cosa o tomar una decisión frente a una insatisfacción es mejor que
no hacer nada; Si una decisión o acción no funciona, adopte otra en el acto; El poder natural de cambio sobre
nuestras vidas está dentro de nosotros
mismos, en nuestra Intención (deseo) y Determinación (acción perseverante);
El “mapa” que cada uno construye en su mente, no es el “territorio” de la
realidad, es solo una aproximación mas de la misma; Nuestros paradigmas,
valores, creencias y hábitos explican los motivos por los que actuamos de una u
otra manera, pero lo más interesante es saber que si estas son limitadoras de nuestro desarrollo y
crecimiento personal, ellas pueden ser borradas de nuestra mente y reemplazadas
por otras más adecuadas.
El crecimiento y desarrollo
del hombre debe ser integral y equilibrado en todos sus aspectos esenciales
(cuerpo físico, mente y espíritu). Tratando
que sus propósitos u objetivos externos de este mundo (el hacer) estén
siempre alineados con su propósito interior, es decir con el Ser, con el
despertar de su propia consciencia que va a garantizar que todos sus actos
personales, profesionales y públicos sean de la más alta calidad y en total
armonía con los propósitos del universo. Si todos entendiéramos bien este “secreto”, el mundo sería muy
diferente. Si todos los seres humanos despertásemos a un alto nivel de consciencia
en todos nuestros actos y propósitos, viviríamos en el “paraíso”
terrenal desde este momento, aquí y
ahora. La paz, el amor, el desarrollo espiritual y material nos lo
otorgaríamos por añadidura y serían el
común denominador de la coexistencia
pacífica del ser humano en perfecta armonía con el universo que lo acoge.
Este es el gran propósito
del Coaching, divulgar y proponer esta nueva
forma práctica de encarar la vida
del hombre en su relación con el
universo. Estamos conscientes que la actitud mezquina y egoísta del hombre tiene que cambiar para evitar su
propia destrucción. Ese gran cambio o transformación hacia un nuevo mundo al
cual todos aspiramos, será solamente posible si
nos permitimos que todos
nuestros actos, palabras y pensamientos por más simples que parezcan, sean
guiados por nuestra consciencia;
Solo así, mañana tendremos un nuevo
despertar en un mundo acogedor, feliz y solidario para todas las razas.